Comencemos por entender que detrás de una pesada armadura sólo hay una gran debilidad.
La Ira no es más que la máscara que esconde nuestras carencias.
Transformar nuestros venenos en miel es una tarea del día a día, cuando sintamos rabia no hagamos nada, sólo mirémonos en un espejo, observémonos, sin emitir juicios, sin estar a favor ni en contra, sólo observándonos.
Cuando la ira esté presente hagámonos consciente permanezcamos allí para irnos
conociendo, veamos nuestra reacción, nuestros rostros, nuestros pensamientos.
No nos juzguemos por sentir ira, sólo aprendamos que nos está mostrando, desmontemos paso a paso los motivos que nos llevaron a sentirla desde la honestidad con nosotros mismos.
Lo primero que debemos hacer es sacar la atención de esa ira e ir al origen de la misma, que fue lo que la causó , comprender desde el alma porque está presente , que quiere decirnos.
Hay que saber reconocer las heridas , donde se encuentran y de qué se trata, para así saber porqué nos encolerizó una situación determinada, que quizá a otra persona no le perturbaría, lo que indica que no es lo que sucede lo importante, sino lo que hacemos con ello, cómo reaccionamos ante esta situación.
Cuando estamos heridos por dentro es porque hemos ocultado la luz que llevados dentro de nosotros ,al desmontar todo lo que la cubre, llegaremos a la esencia del ser, que no es otra cosa sino la paz.
Al tomar consciencia de lo que somos desaparece la ilusión.
La Ira no es más que la máscara que esconde nuestras carencias.
Transformar nuestros venenos en miel es una tarea del día a día, cuando sintamos rabia no hagamos nada, sólo mirémonos en un espejo, observémonos, sin emitir juicios, sin estar a favor ni en contra, sólo observándonos.
Cuando la ira esté presente hagámonos consciente permanezcamos allí para irnos
conociendo, veamos nuestra reacción, nuestros rostros, nuestros pensamientos.
No nos juzguemos por sentir ira, sólo aprendamos que nos está mostrando, desmontemos paso a paso los motivos que nos llevaron a sentirla desde la honestidad con nosotros mismos.
Lo primero que debemos hacer es sacar la atención de esa ira e ir al origen de la misma, que fue lo que la causó , comprender desde el alma porque está presente , que quiere decirnos.
Hay que saber reconocer las heridas , donde se encuentran y de qué se trata, para así saber porqué nos encolerizó una situación determinada, que quizá a otra persona no le perturbaría, lo que indica que no es lo que sucede lo importante, sino lo que hacemos con ello, cómo reaccionamos ante esta situación.
Cuando estamos heridos por dentro es porque hemos ocultado la luz que llevados dentro de nosotros ,al desmontar todo lo que la cubre, llegaremos a la esencia del ser, que no es otra cosa sino la paz.
Al tomar consciencia de lo que somos desaparece la ilusión.
El significado que otorgamos a lo que nos ocurre a diario, nos cura o nos enferma
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