En la vida hay que saber cuando detenerse, cuando hacer un alto, el saber que somos personas espirituales, saber que somos mucho más que un cuerpo y una mente, no es contrario al hecho de amarnos, respetarnos, tener dignidad, consciencia y por tanto permitirnos reflexionar en torno a las circunstancias y acontecimientos que nos ha tocado vivir o que hemos propiciado para que formaran parte de nuestra experiencia de vida, justamente por esto debemos tener un espacio para el encuentro con nosotros y para poder hacernos cargo de todo el torrente de sentimientos y emociones que nos embargan
Todos los seres humanos estamos dotados de la fuerza necesaria para transcender los obstáculos, tan sólo conectando con nuestro interior, estando en sintonía con el universo , el todo , Dios ,haciéndonos conscientes, sumerge la sabiduria que conlleva consigo la paz , la calma, y nos muestra el camino a seguir, procurándonos las respuestas que tanto buscamos.
Tenemos que liberarnos de sentimientos negativos, dando pasos firmes hacia lo que realmente deseamos. Vivir en la superficie, manifestando siempre una postura de triunfo e indolencia, sin expresar nuestros sentimientos, es adoptar una máscara que lo único que hace es contaminar nuestra alma.
Debemos reconocer que somos mucho más de lo que decimos y demostramos, que tenemos además de triunfos y éxitos, emociones que a veces nos llenan de dolor; pero hay que seguir adelante reconociendo que cada quien tiene su propio tiempo de evolución.
Desarrollemos nuestra fuerza interior, entendamos de una vez quienes somos y hacia donde vamos , que la vida es la escuela en donde aprendemos a ser cada vez mejores personas y que la única diferencia entre nosotros es el don de gente que cada quien posee.
"Detenerse no es retroceder es un espacio para la reflexión"
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