Los seres humanos en nuestra búsqueda de la felicidad, bajo conceptos extraordinariamente equívocos , revoloteamos de un placer a otro sin encontrar satisfacción verdadera, lo que nos conduce a la frustración de tener que perseguir siempre un bien en el futuro que nunca llega, produciéndose así un mundo de adicciones a una vida de estimulación violenta y compleja de los sentidos, lo que cada día nos insensibiliza más , por lo cual necesitamos estimulación más violenta.
Anhelamos la distracción, una vida llena de visiones, emociones, exitaciones cada vez mayores a fin de sentirnos alegres, y para mantener ese nivel de vida nos sometemos a maneras de vivir que pueden ser el desempeñar trabajos aburridos sólo porque los mismos nos procuran los medios para buscar el relativo alivio en los placeres frenéticos, que confundimos con la felicidad.
Otros imaginan la justificación de estas labores a fin de formar una familia que a la postre seguirá haciendo lo mismo que nosotros.
Esto descrito es una realidad generalizada y corriente por lo que se la considera normal, es decir, una vida de inquietud y frustración en una búsqueda equivocada de la felicidad que está muy lejos de lo que realmente esta representa, es una confusión total, una creencia errada de lo que realmente es la felicidad, la plenitud y la paz.
Esto sólo es posible mediante la rendición, cuando dejamos de esforzarnos por ser felices, por hallar la paz y la plenitud y dejamos la vida frenética en busca de placeres y alegrías, surge un estado incomparable de paz, del sentido de la vida, donde se desvanece todo lo irreal y descubrimos la verdad, sólo con abrir los ojos del corazón.
Anhelamos la distracción, una vida llena de visiones, emociones, exitaciones cada vez mayores a fin de sentirnos alegres, y para mantener ese nivel de vida nos sometemos a maneras de vivir que pueden ser el desempeñar trabajos aburridos sólo porque los mismos nos procuran los medios para buscar el relativo alivio en los placeres frenéticos, que confundimos con la felicidad.
Otros imaginan la justificación de estas labores a fin de formar una familia que a la postre seguirá haciendo lo mismo que nosotros.
Esto descrito es una realidad generalizada y corriente por lo que se la considera normal, es decir, una vida de inquietud y frustración en una búsqueda equivocada de la felicidad que está muy lejos de lo que realmente esta representa, es una confusión total, una creencia errada de lo que realmente es la felicidad, la plenitud y la paz.
Esto sólo es posible mediante la rendición, cuando dejamos de esforzarnos por ser felices, por hallar la paz y la plenitud y dejamos la vida frenética en busca de placeres y alegrías, surge un estado incomparable de paz, del sentido de la vida, donde se desvanece todo lo irreal y descubrimos la verdad, sólo con abrir los ojos del corazón.
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