Que fácil nos salen las palabras cuando hablar del prójimo es el objetivo, cuando nos toca evaluar, enjuiciar a una persona o circunstancia determinada. Mucho escuchamos sobre diversas situaciones, la mediocridad que existe, la incapacidad de quienes gobiernan; de la familia, la perdida de valores etc etc etc, pero nos hemos preguntado ¿Qué hacemos nosotros de diferente?...... ya lo dijo hace mas de 2000 años uno de los grandes maestros iluminados. "Fácil ver la astilla en el ojo ajeno, difícil ver el tronco en el nuestro".
Reflexionemos , acaso damos lo mejor de nosotros, en cada situación? . Tenemos sentido de pertenencia del lugar en el cual pasamos horas de nuestras vidas, ponemos en marcha ese espíritu de colaboración incondicional, el cual nos beneficiaria de manera personal.
Estemos atentos a todas las circunstancias que nos acontecen con la certeza de que ellas hablan de nosotros , aprendamos a ver en cada vicisitud una lección a aprender, que es lo que nos quiere mostrar, lejos de criticar, evaluar, enjuiciar veamos que hay detrás de ella para evolucionar.
Realicemos una auto evaluación para dar paso a lo mejor de cada uno de nosotros, ya sabemos que somos seres singulares, únicos e irrepetibles, hagamos las cosas que nos permitirán acceder a nuestro ser interno, para que de esa manera podamos sentir paz y plenitud, expresemos con acciones nuestra pureza espiritual.
Que nuestro proceder conductual contagie a otros a seguir el camino que inexorablemente nos conducirá al éxito y la valoración personal, haciendo de nosotros la manifestación del amor.
"Un hombre empieza a ser hombre cuando deja de lamentarse, enjuiciar, maldecir, criticar y busca la justicia oculta en cada situación que se presenta en su vida
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