En el transcurso de la vida vamos despertando, en la medida que nos hacemos más conscientes, descubrimos la relación que existe entre el pensamiento y las circunstancias.
La fuerza del pensamiento opera de manera directa en la formación del carácter, que a su vez incide en las circunstancias, en la manera como las afrontamos y definitivamente en el destino.
El pensamiento y el carácter son lo mismo, el carácter de cada uno de nosotros se manifiesta y delimita en las circunstancias; siempre nuestro entorno, lo que nos rodea habla directamente de nuestro estado interior.
Las circunstancias que de alguna manera están conectadas con nuestro pensamiento nos determinan.
Los pensamientos que hemos construido nos han formado un carácter, que nos ha llevado a donde estamos ahora, en este sentido no hay elementos de azar, sino el resultado de una ley infalible.
Como seres espirituales en evolución nuestro fin es aprender y mientras lo hacemos esas circunstancias nos ofrecen las oportunidad de crecer.
Las alteraciones de las circunstancias están en relación directa con las alteraciones de nuestro estado mental.
Siguiendo los más íntimos deseos, aspiraciones, pensamientos por los que nos dejamos dominar, recibimos indudablemente los frutos de estos en el entorno de nuestras vidas.
Cada uno de nosotros como amos del pensamiento somos los hacedores de nuestro entorno.
Estamos deseosos de mejorar las circunstancias pero no de mejorarnos a nosotros mismos, por eso permanecemos atados.
No podemos escoger directamente las circunstancias, pero si los pensamientos que con certeza darán forma a las circunstancias.
Cuando entiendas que tu espíritu es quien manda hasta los dioses han de obedecer.
La fuerza del pensamiento opera de manera directa en la formación del carácter, que a su vez incide en las circunstancias, en la manera como las afrontamos y definitivamente en el destino.
El pensamiento y el carácter son lo mismo, el carácter de cada uno de nosotros se manifiesta y delimita en las circunstancias; siempre nuestro entorno, lo que nos rodea habla directamente de nuestro estado interior.
Las circunstancias que de alguna manera están conectadas con nuestro pensamiento nos determinan.
Los pensamientos que hemos construido nos han formado un carácter, que nos ha llevado a donde estamos ahora, en este sentido no hay elementos de azar, sino el resultado de una ley infalible.
Como seres espirituales en evolución nuestro fin es aprender y mientras lo hacemos esas circunstancias nos ofrecen las oportunidad de crecer.
Las alteraciones de las circunstancias están en relación directa con las alteraciones de nuestro estado mental.
Siguiendo los más íntimos deseos, aspiraciones, pensamientos por los que nos dejamos dominar, recibimos indudablemente los frutos de estos en el entorno de nuestras vidas.
Cada uno de nosotros como amos del pensamiento somos los hacedores de nuestro entorno.
Estamos deseosos de mejorar las circunstancias pero no de mejorarnos a nosotros mismos, por eso permanecemos atados.
No podemos escoger directamente las circunstancias, pero si los pensamientos que con certeza darán forma a las circunstancias.
Cuando entiendas que tu espíritu es quien manda hasta los dioses han de obedecer.
"Las circunstancias no hacen al hombre , lo revelan"
"El alma atrae secretamente aquello que ama , pero también aquello que teme"
"No atraemos aquello que queremos sino lo que somos"
"Los deseos y las plegarias sólo son gratificadas cuando armonizan con nuestros pensamientos y vibraciones"
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