Tanta tristeza, tanto miedo, soledad, locura, división partidaria , odio religioso parecen hallar inexorablemente la energía de las personas. Sin embargo, estos conceptos son el desafío más perfecto para que contra esa malaria mental de poder de turno nosotros nos hagamos más fuertes en nuestras convicciones, en nuestro viaje interno,, en la capacidad que tenemos de modificar el curso de algo anunciado por la negatividad externa. Somos los artífices de nuestra historia, no actores tan tristes y lastimeros de la amenaza externa, de la ignorancia repetida del negocio del mundo, que parece vivir sobre la pérdida de nuestra energía vital. Se nos dice que todo va mal y lo creemos y por ende nos va cada vez peor, se nos dice cuanto nos va a costar sobrevivir y lo internalizamos arrastrándonos de depresión en depresión. Sin embargo no es así para aquel que no quiere que sea así, para aquel...