Lo más importante en la vida es la plenitud, sentirse bien siempre y en cualquier situación, que la paz no se vea afectada por ningún acontecimiento externo, recordemos que aunque existe el dolor, el sufrimiento es optativo.
El dolor ayuda que uno despierte al verdadero sentido de la vida, por lo tanto no nos robará la paz.
En cada momento de la vida, sólo debes ser tu mismo, sin tratar de ser consistente ya que algo puede agradarnos hoy y otro día no, es decir podemos cambiar de parecer, lo que permanece intacto está muerto.
No tenemos porque seguir líderes o directrices de vida de forma total, no es necesario depender de los demás, debemos buscar la independencia, regirnos por nuestro yo interno que jamás se equivoca, aprender a escucharnos en lo más profundo de nuestro ser.
Cuando seguimos a otros, nos hacemos parte de las multitudes, pareciera que ganamos seguridad y certidumbre, pero en realidad sólo conseguimos esclavizarnos, mermando el espíritu.
Para hallar la plenitud, debemos poner en práctica el desprendimiento de todas las cosas superfluas y valorar todo lo que concierne a nuestro mundo interno que permanece con nosotros por siempre.
Para mejorar nuestra calidad de vida , no basta con la educación, los avances tecnológicos, tenemos que comenzar a escucharnos, a entender , comprender nuestra voz interna, y esto lo lograremos observándonos.
" Antes debemos alcanzar la maestría de estar con nosotros, para poder estar con otros"
El dolor ayuda que uno despierte al verdadero sentido de la vida, por lo tanto no nos robará la paz.
En cada momento de la vida, sólo debes ser tu mismo, sin tratar de ser consistente ya que algo puede agradarnos hoy y otro día no, es decir podemos cambiar de parecer, lo que permanece intacto está muerto.
No tenemos porque seguir líderes o directrices de vida de forma total, no es necesario depender de los demás, debemos buscar la independencia, regirnos por nuestro yo interno que jamás se equivoca, aprender a escucharnos en lo más profundo de nuestro ser.
Cuando seguimos a otros, nos hacemos parte de las multitudes, pareciera que ganamos seguridad y certidumbre, pero en realidad sólo conseguimos esclavizarnos, mermando el espíritu.
Para hallar la plenitud, debemos poner en práctica el desprendimiento de todas las cosas superfluas y valorar todo lo que concierne a nuestro mundo interno que permanece con nosotros por siempre.
Para mejorar nuestra calidad de vida , no basta con la educación, los avances tecnológicos, tenemos que comenzar a escucharnos, a entender , comprender nuestra voz interna, y esto lo lograremos observándonos.
" Antes debemos alcanzar la maestría de estar con nosotros, para poder estar con otros"
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