Cuando despertamos a la vida, nos damos cuenta que somos el número uno, no en contexto de competencia o comparación, sino el número uno con el todo , con el universo , con Dios. Cuando valoramos nuestra vida, logramos vernos como en realidad somos, desplegamos un inmenso amor hacia nosotros, un gran respeto a nuestra vida , todo lo cual nos invita a vivir desde el amor, la paz, la armonía y la plenitud, todo a lo que tenemos derecho y no nos habíamos dado cuenta, pensábamos que teníamos que ganarnos las cosas con esfuerzo y sacrificio, nos conformábamos con las migajas, con medias tintas a todo nivel. . La inteligencia divina , que maneja todos los procesos de la vida es perfecta y si miramos con claridad nos damos cuenta que todo el universo es equilibrio y cuando nosotros por nuestra ceguera rompemos ese equilibrio, esa perfección ; nos toca vivir las consecuencias, ya que el universo busca ajustarse a esa ...